Era domingo en Montevideo.
En el lobby del hotel Radisson, aprovechando un wifi libre, César (productor periodístico) y Luciano (productor general) atravezaban el segundo día de la Gira Latina... Recién comenzaba todo.
Uruguay había sido el país elegido por razones casi obvias. Somos tan hermanos que era el modo de estar en el extranjero pero sentirse como en casa.
La agenda de producción era extensa. Había que contactar a Jaime Ross, a Hugo Fattorusso, a Falta y Resto... Y a don Mario Benedetti, el gran poeta que se había acercado a la música cuando nada menos que Joan Manoel Serrat le propuso trabajar juntos para aquel discazo llamado "El sur también existe".
César llamó al teléfono que habíamos conseguido con algo así como temor reverencial. Del otro lado, el secretario del poeta adelantó un medio "sí", sujeto a un listado de preguntas y a la aprobación final de Mario. Y puso una condición: de hacerse la entrevista, tenía que ser el día siguiente, porque luego le tenían que hacer unos estudios.
Apurados, llamamos a Bahiano para elaborar las preguntas. Apenas terminamos, se las mandamos a don Mario y a su secretario por mail. Nos quedamos ahí, en el hotel, esperando la respuesta.
El tiempo pasaba lento... Hasta que en el teléfono uruguayo que habíamos alquilado por unos días, entró un llamado. Mario Benedetti esperaba a Bahiano y al equipo el día siguiente, a las 9 de la mañana...
A las ocho del lunes un omnibus de Colonia Express dejó al team en la terminal de Tres Cruces, en Montevideo. Todo el mundo a los taxis, derecho a pleno centro, en la 18 de Julio casi Plaza Cagancha.
Bajamos en la esquina. Bahiano tomó el manojo de preguntas y tocó el timbre del "apartamento". Subimos en dos tandas en el pequeño ascensor.
La puerta de casa la abrió el propio Mario. A todos nos sorprendió como desde esa figura pequeña podía salir un apretón de manos tan firme...
La entrevista, que prometía ser un tanto rígida, terminó siendo una maravilla. Al final, el poeta nos mostró su biblioteca, el lugar más preciado, el que todos queríamos ver...
Así habíamos dado el primer paso en la Gira Latina... Nada menos que con una de las plumas principales del continente.
Hoy se fue al cielo de los grandes. Allí estará, tramando su próxima novela, su nuevo poema... Quizás desde ahí mire los carnavales -esos que nos confesó que no le gustaban demasiado- y se sienta de nuevo en su bar, en su calle, en su casa... Porque como nos leyó ese día... "Si uno busca trocitos de pasado, se encuentra a si mismo, ensimismado... Volver al barrio siempre es una fuga..."
Hasta siempre, Don Mario. Gracias.